Dije: todo ya pleno.
Un álamo vibró.
Las hojas plateadas sonaron con amor.
Los verdes eran grises, el amor era sol.
Entonces, mediodía,
un pájaro sumió su cantar en el viento con tal adoración que se sintió cantada bajo el viento la flor crecida entre las mieses,
más altas.
Era yo,
centro en aquel instante de tanto alrededor,
quien lo veía todo completo para un dios. Dije: todo, completo ¡LAS DOCE EN EL RELOJ!.
Un álamo vibró.
Las hojas plateadas sonaron con amor.
Los verdes eran grises, el amor era sol.
Entonces, mediodía,
un pájaro sumió su cantar en el viento con tal adoración que se sintió cantada bajo el viento la flor crecida entre las mieses,
más altas.
Era yo,
centro en aquel instante de tanto alrededor,
quien lo veía todo completo para un dios. Dije: todo, completo ¡LAS DOCE EN EL RELOJ!.
25 de febrero de 2010, 6:40
Este poema me ha llamado la atención ya que casi todo el poema está hablando de la natueraleza es como si la personalidad del poeta se sintiera identificada con la naturaleza.
28 de febrero de 2010, 2:39
Agustín: pon el poema en forma de poema (con versos separados. Por cierto, pon el autor del poema. Por otro lado, tu opinión quiero que esté debajo justo del poema, no como un comentario del blog, sino en la misma entrada, para que no tenga que ir buscando. Finalmente,me parece una buena elección y tu comentario es acertado (aunque un poco breve). Buena primera entrada, pero hay que aunar técnica y conocimientos. Ánimo.